lunes, 21 de febrero de 2011

Todo paisaje se traduce en viento

Todo paisaje se traduce en viento
las hojas al moverse
el sonido

quizá una ola
la arena del desierto que se levanta
un remolino
acá dentro

hemos despertado antes de la aurora
en un silencio enorme
e irreal
cómo saber si aún permanecemos en el sueño
las ventanas como si respirasen
la inmovilidad
de los objetos que nos inquietan

todo ocurre temprano
o tan tarde

miento

la casa empieza a iluminarse
te tapas el rostro
al que apenas concedo un parpadeo

afuera
es posible que amanezca
sin nosotros.

Múnich, 21 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

Quemar las naves del arte e inventar la utopía


Barcos capaces de cruzar las arenas del desierto, seres coloridos, hermosos y extraordinarios, cuerpos desnudos o semidesnudos, bailarines bajo el sol o la noche, caravanas que parecieran salir de uno de los sueños de Fellini, todo esto y más engloba a Burning Man, festival que este año cumplirá su 26 aniversario.

Extremo en el mejor sentido del término, Burning Man es un festival artístico que rescata la libertad y creatividad en lo que podría denominarse un espíritu neo-hippie, el arte, participación y celebración a través de performance, instalaciones, vehículos mutantes y cualquier otra forma de expresión artística es aquí bienvenida.


Encuentro una suerte de "receta" que define bien al festival:

1/2 taza de rave
1 taza de Mad Max
Circo
y un poco de psicodelia y alcohol




Echar una mirada a lo que allí sucede hace volar inmediatamente la imaginación, belleza, creatividad y buen rollismo como respuesta a un mundo que cada vez es más aburridamente global y homogéneo. Cada año se reunen miles de personas en el desierto de Nevada para crear una y otra vez una ciudad utópica y efímera en su belleza más infinita: The Black Rock City. En 2010 alcanzó el record de asistencia con 51.000 participantes. El espíritu de libertad que su creador y visionario Larrey Harvey se condensa en algunas máximas que retratan bien todo ello: no acepta patrocinadores y hay que dejar el desierto tal cual se encontró.



En estos tiempos, celebro que cosas como esta sucedan y crezcan como dicho festival. El último día, el icono del hombre se enciende con fuego, el espíritu vivo del hombre arde: purificación y transformación elemental que da paso a nuevos festivales en los que se va cambiando de tema.


Entre los mandamientos que dan sentido al festival, vale mencionar lo que ellos llaman la inclusión radical, ya que son bienvenidos todos a participar, cero patrocinio comercial (como ya se dijo antes) y cero publicidad comercial y, lo más importante: "Buscamos superar las barreras que se interponen entre nosotros y el reconocimiento de nuestros ser interior, la realidad de aquellos que nos rodean, la participación en sociedad y el contacto con un mundo natural que excede al poder humano. Ninguna idea puede sustituír esta experiencia".



Todas las fotos de este post han sido realizadas por el excelente fotógrafo Scott London. En su página web puede verse todos los Burning Man que éste ha cubierto desde 2005. Simplemente, fantástico.


















Cómo me gustaría ir.