martes, 29 de abril de 2008

Una pasión y muchos premios: Fatih Akin

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Ayer, mi director favorito (vivo), Fatih Akin (Hamburgo, 1973) se hizo con el Lola de Oro, premio de la Academia alemana equivalente a los Goya en España, por su film Auf der anderen Seite (Al otro lado). Además de haber sido galardonada como mejor película, también recibió el premio a la mejor dirección, al mejor montaje y al mejor guión. En esta última categoría el año pasado ya había sido premiado con, la Palma de Oro (Cannes) y el Premio del Cine Europeo.

Este joven cineasta, de producción sostenida, casi nerviosa, que se evidencia en la conexión de sus proyectos, que van uno tras otro o varios a la vez, fundó en 2003 su propia productora: Corazón Internacional, a fin de poder embarcarse en proyectos afines a los gustos del grupo que conforman la misma.

Akin, quien es hijo de inmigrantes turcos, confiesa que le cansa el que le quieran otorgar a su cine una cuestión de identidad entre culturas, él prefiere hablar de historias que tocan temas específicos, y opta por definirse como un contador de historias y no como un mensajero político. Pero es evidente que Europa lo ha escogido como el modelo de integración, el chico bueno/exitoso hijo de inmigrantes, ese que en vez de dar problemas (según los tópicos xenófobos) le ha dado al Estado premios de prestigio a un cine alemán que era, en esta últimas dos décadas, casi famélico.

Su filmografía tiene sello propio, un universo de personajes comunes, unidos a veces por su periferia: chicos de barrio, adolescentes, inmigrantes, profesores, drogadictos, gente pobre o cuanto menos no rica. Con Gegen die Wand (Contra la pared) saltó en 2004 a la palestra del reconocimiento, con un Oso de Oro de la Berlinale y el Premio del Mejor Film Europeo. Una película tan hermosa como dura, en la que su director no pierde el pulso y en la que nos regala sendos maravillosos personajes. Con ésta da inicio a una trilogía Liebe, Tod und Teufel (Amor, muerte y demonio) a la que le ha seguido en el apartado de la muerte: Al otro lado.

Atrás queda Kurz und schmerzlos (Corto e indoloro, 1998), que supera en resolución y eficacia a las dos que le siguen: Im Juli (En Julio, 2000) y Solino (2002). La primera, una narración predecible y prescindible y la segunda, aunque mejora el pulso de la narración, la épica de la familia de inmigrantes por momentos se hace eterna, pero ciertamente ya Akin afina su pulso para Gegen die Wand.

Quisiera hacer un paréntesis con una de sus películas, que más he recomendado y sigue siendo una de mis predilectas, en cuanto a su género (documental de música): Crossing the Bridge: The Sound of Istanbul (Cruzando el puente: los sonidos de Estambul, 2005).

Recuerdo que la estrenaron en Madrid en el verano, o cerca de éste. Por el título, supongo, no conseguí quórum para acompañarme al cine, así que decidí ir un día después del trabajo a unos recién remodelados cines Golem. El fresco que brindaba la sala (había unos 34º afuera), las comodísimas nuevas butacas, me permitieron hacer una siesta como de 15 minutos. Estaba preparada, empezaba la película, no sabía bien de qué iba, pero confiaba en el director. Supongo que para aquellos que tengan un espíritu viajero insaciable, de curiosidad penitente, de avidez por lo que guarda el mundo, la película, al igual que a mí, terminará siendo toda una revelación, que aún agradezco a su director. Hila con claro amor y asombro en su documental la música que vibra en Estambul, un hermoso retrato sonoro que abarca desde sus músicos callejeros, clásicos de la balada, el rap, el rock, lo experimental, hasta el folk más puro. Disfruté de todos y en especial del respeto que el director mostraba hacia el trabajo de cada uno de ellos, pero son dos los que guardo especialmente en mi memoria: la cantante kurda Aynur Dogan y el veterano Orhan Gencebay, a los que les arranca estupendas grabaciones, que ponen los pelos de punta. Al descubrir a éste último, me di cuenta de la diferencia de nuestras músicas, nada de voces potentes, sino todo lo contrario, la de él es como un susurro, de una sensualidad que acaricia… tremendo. Tras la música también está el retrato de una ciudad que une el Oriente con el Occidente. Si uno no la ha conocido, lo que apetece al terminar es ir corriendo a comprar un ticket de avión a esta ciudad tan antigua como mágica.

Links: promo película Youtube: fragmento de la aparición de Orhan Genbay en le film (un poco alterado del orig.) En otro post, comentario acerca de Al otro lado.

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